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Artrosis

La artrosis es la enfermedad músculoesquelética crónica más frecuente. Puede afectar a 1 de cada 5 personas mayores de 60 años, llegando a invalidar al 10% de la población que la padece, sobre todo cuando afecta a la cadera, la rodilla o la columna.

Definimos artrosis como el resultado final de una serie de alteraciones mecánicas y biológicas que alteran la estructura del cartílago articular y del hueso subcondral.

Múltiples causas pueden contribuir al desarrollo de la artrosis. Los cambios degenerativos en el cartílago (estructura que absorbe impactos y que recubre los extremos de los huesos en la zona donde se articulan; ej. tibia, fémur y rótula) pueden producirse por tensión, compresión o cizallamiento en las zonas de carga.

Se altera el equilibrio de formación y renovación de los condrocitos, de la matriz extracelular y del hueso subcondral.

En las fases finales de la enfermedad aparece dolor, inflamación, crepitación, pérdida del rango de movilidad y alteración de la función de la articulación.

Dependiendo de que se conozca la causa que inicia la enfermedad, o no, hablaríamos de artrosis primarias o artrosis idiopáticas y de artrosis secundarias a alguna causa, como por ejemplo una fractura intraarticular, daño de ligamentos, daño meniscal o una necrosis ósea (infarto o muerte del hueso).
Otras causas implicadas en el inicio y desarrollo de la enfermedad son el peso corporal, la edad, el sexo, la actividad laboral, la práctica deportiva, la densidad mineral ósea, la terapia hormonal sustitutiva, las lesiones previas y factores genéticos.

Por orden de frecuencia, las articulaciones de las manos, las de la columna vertebral, la rodilla, la cadera y la metatarsofalángica del primer dedo del pie, son las más afectadas.

En los países desarrollados la prevalencia de la artrosis es elevadísima debido al envejecimiento de la población. Más del 20% de la población es mayor de 60 años y en unos años se espera que este grupo de población sea mayor que el de menores de 20 años.

Se estima que el número de artroplastias totales de rodilla se incrementará en un 10% en los próximos años y las de cadera en un 2.5%.

VÍDEO: ¿QUÉ ES LA ARTROSIS?

¿Cómo y Por Qué Duele la Artrosis?.

Aunque el cartílago es aneural (no posee terminaciones nerviosas), se sospecha que el dolor debido a la artrosis es secundario a las lesiones de las estructuras vecinas, como una distensión de la cápsula articular secundaria a la deformación progresiva del eje de la articulación, reacción perióstica, microfracturas del hueso subcondral, aumento de la presión venosa intraósea y sinovitis (inflamación de la membrana sinovial).

Muchas veces las manifestaciones clínicas de la artrosis no son específicas de esta enfermedad y se podrían dar en otras alteraciones músculo-esqueléticas.

Cuadro Clínico de la Artrosis.

Las principales alteraciones de la artrosis son el dolor, los chasquidos, la deformidad, la rigidez o la inestabilidad.

  • El dolor es el motivo de consulta más frecuente del paciente artrósico. Se exacerba con el uso (mecánico) y se alivia con el reposo. Puede empeorar con el cambio de tiempo, con el frío, y suele mejorar con el calor seco local, y un clima caluroso y seco.
  • La rigidez es el segundo motivo de consulta al médico. Suele ser matutina o bien cuando el paciente ha estado en reposo unos minutos tras haber realizado una caminata o alguna actividad. El enfermo refiere que es una sensación como si la musculatura y todo el tejido periarticular los tuvieran pegados al hueso y eso le impide moverse con normalidad.
  • La limitación en la función de la articulación es otra de las manifestaciones clínicas. Al poco de moverse o ejercitar la zona dolorida mejora de esta rigidez, al contrario de lo que ocurre durante las exacerbaciones de las enfermedades inflamatorias (artritis reumatoide, lupus eritematoso…), en que la rigidez persiste, pese al movimiento, durante mucho tiempo.

El paciente no puede realizar sus actividades de la vida cotidiana como puede ser su aseo personal, realizar ejercicio físico o simplemente ponerse unos calcetines.

A veces la causa de esa discapacidad es el dolor y otras veces por la debilidad muscular asociada a la artrosis que puede provocar cierto grado de inestabilidad. La debilidad y el dolor pueden provocar que el paciente no haga fuerza con esa pierna y refiera fallos o inestabilidad. Otro signo puede ser la inflamación de la articulación, lo que provoca sensación de presión o calor y dolor, no sólo con el movimiento, sino en reposo y, sobre todo, por la noche, impidiendo el descanso nocturno.

El estrechamiento e irregularidad de las superficies articulares (pinzamiento) va determinando una reducción real en el rango de movilidad de esa articulación y el mal alineamiento de una extremidad, como ocurre en la artrosis grave de rodilla, también contribuye a la discapacidad.

Si existe una reagudización o artritis la articulación puede estar inflamada, lo que provoca además del hidrartros (inflamación), calor, enrojecimiento y dolor no sólo con el movimiento sino en reposo y, sobre todo, por la noche, impidiendo el descanso nocturno.

“El dolor y la incapacidad funcional son los principales predictores de la evolución y son los mayores determinantes de pérdida de calidad de vida de los pacientes con artrosis, lo que puede hacer necesarias las intervenciones quirúrgicas, como una prótesis de cadera o de rodilla o una operación del primer dedo por artrosis del pulgar (rizartrosis)”.

Pese a los hallazgos radiológicos una de las principales características de la artrosis es la disociación clínico-radiológica. Algunos pacientes tienen unas manifestaciones clínicas importantes, inflamación, dolor, y presentan un estudio radiográfico anodino o con poca afectación; otros que tienen graves alteraciones en las radiografías tienen poco dolor e incapacidad. Esto es mas frecuente en la artrosis del paciente joven y activo.

VÍDEO: ¿A QUÉ EDAD EMPIEZA LA ARTROSIS?

Diagnóstico de la Artrosis.

La artrosis es una entidad clínica caracterizada no sólo por hallazgos clínicos, sino también radiológicos y en ocasiones, de laboratorio.

Los estudios complementarios, junto con las pruebas de imagen, nos darán el diagnóstico definitivo de la enfermedad. La clásica triada radiológica es la combinación de: osteofitos (picos de hueso), esclerosis subcondral (refuerzo del hueso, que se ve mas blanco, calcificado, endurecido) y pinzamiento articular (desaparece el espacio articular que se ve en condiciones normales entre hueso y hueso) pudiendo llegar a provocar, en sus fases mas avanzadas, dolor, inflamación, crepitación, pérdida del rango de movilidad y de función articular.

La radiografía simple es la prueba de rutina inicial a realizar. Los exámenes de laboratorio habitualmente son normales en la mayoría de pacientes con artrosis.

Los reactantes de fase aguda (VSG y PCR) son normales y únicamente se elevan durante las exacerbaciones inflamatorias o crisis que puede sufrir el paciente artrósico.

Algunos cuadros similares provocados por enfermedades reumáticas se diagnosticarán mediante los signos radiológicos y los marcadores reumáticos específicos.

Objetivos del Tratamiento de la Artrosis.

Los objetivos en el tratamiento de la artrosis son:

  1. Aliviar el dolor.
  2. Mejorar la capacidad funcional.
  3. Evitar la progresión de la enfermedad. Representa el fututo del tratamiento de la enfermedad pero es la parte menos conseguida del tratamiento.
  4. Por las peculiaridades del grupo de edad que padece artrosis lo primero a la hora de prescribir un tratamiento es saber:
    • ¿Cómo es el paciente?: edad, comorbilidades y la medicación actual concomitante.
    • ¿Cómo es la artrosis?: hay que valorar el grado de incapacidad, los tratamientos previos administrados, su eficacia y valorar el estadio radiológico de la enfermedad.

VÍDEO: ¿CUAL ES EL TRATAMIENTO DE LA ARTROSIS?

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VÍDEO: TIPOS DE ARTROSIS Y FACTORES DESENCADENANTES